El gato y tú

Ventajas de adoptar un gato adulto

Has decidido aumentar la familia y adoptar un gato. ¡Enhorabuena!

Has tomado una gran decisión, seguro que bien meditada, y seguramente hasta te has imaginado cómo será el gato que adoptes.

¿Te has planteado la posibilidad de adoptar un gato adulto? ¿Has pensado en todas las ventajas de hacerlo? Piénsalo seriamente por un momento.

Hay miles de gatos adultos esperando una oportunidad de encontrar una familia que los quiera. Casi todos ellos han vivido el trauma de verse de pronto en la calle, refugio, protectora, casa de acogida, o perrera después de haberse criado en una familia, y la mayoría ven como una familia tras otra pasan a su lado sin mirarlos siquiera, mientras los bebés son adoptados mucho más rápido.

Un gato adulto no termina allí porque tenga algún defecto; en la mayoría de las ocasiones son esos gatitos que fueron adoptados de bebés, o criados en una casa, incluso comprados, y que un día, por la razón que sea, su familia no pudo cuidarlos más, o se perdieron, o su compañero humano falleció, y nadie quiso o pudo hacerse cargo de ellos… y terminaron abandonados, sin entender nada y sin saber cómo salir adelante.

Una de las razones por las que la gente prefiere un gatito, aparte de su aspecto adorable y esos ojazos inocentes, es que piensan que la adaptación será mucho más fácil y rápida, lo cual es así en un primer momento, pero no lo es a medio y largo plazo.

Os voy a contar algunas de las ventajas de un gato adulto:

  • Los gatitos son adorables, pero no sabes cómo resultarán en el futuro, mientras que adoptando un adulto te aseguras que su carácter ya está definido, pudiendo encontrar el más afín a tí. Ya ves su carácter y su aspecto, y decides con pleno conocimiento de causa.
  • Los gatitos muerden cables, zapatillas, y todo lo que les parece, porque les están saliendo los dientes. Rompen papeles importantes, y rascan todo lo que pillan, mientras que un gato adulto, por lo general, ni muerde ni rompe nada.
  • Los gatitos corren muchos más peligros y nos dan más sustos, porque sus ganas de jugar y explorar no les dejan ver los peligros (volvemos a los cables, caídas, etc). Suelen meterse en más líos que un adulto, y necesitan muchísima más supervisión y tiempo de dedicación.
  • La higiene de un gato adulto es mucho más cuidadosa que la de un gatito. Mientras el adulto pasa horas lamiéndose, el pequeño está demasiado ocupado explorando y jugando (a veces incluso con el contenido del arenero…).
  • Gatitos y niños pequeños, son una mezcla incompatible. Tanto unos como otros pueden hacerse daño sin querer. Un niño no mide sus fuerzas, lo cual puede ser peligroso para un gatito bebé, por su fragilidad, mientras que un gato adulto sabrá zafarse y correr a esconderse a un lugar donde el niño no llegue.
  • El adulto sabe perfectamente lo que es un arenero y cómo usarlo, sabe cómo asearse, y sabe darte todo el amor del mundo y alegrarte la vida cada día que pases a su lado.