El gato es un animal muy inteligente, pero curioso e inquieto, y no está a salvo de cualquier peligro
por ello, lo mejor es prevenir y estar especialmente atentos a situaciones peligrosas para ellos.
Hay un refrán popular que dice: “La curiosidad mató al gato”. Y muchas veces, así es.
Su curiosidad y espíritu investigador están extremadamente desarrollados y también posee la capacidad de llegar a casi todos los lugares de una casa.
Para él cualquier cosa es un pretexto para transformarse en cazador, les encanta meter las narices por todos los sitios y la exploración minuciosa de cada rinconcito de su territorio hace que el objeto más insignificante pueda convertirse en una presa, un divertido juguete o un plácido lugar donde echarse una siesta.
Estos son algunos ejemplos de situaciones peligrosas en nuestras casas:
Traumatismos (desde leves cojeras hasta importantes fracturas o incluso la muerte)
-Especialmente peligrosas son las ventanas, balcones o terrazas (imprescindible su protección con redes y mosquiteras).
También debemos prestar atención a las caídas de escaleras, armarios o estanterías.
-No olvidemos las puertas o ventanas que pueden cerrarse de golpe dañándolo o atrapándole.
Quemaduras
-Por fuentes de calor, como la vitrocerámica, radiadores o estufas. Cacerolas o sartenes calientes. Cuidado con la plancha, podría tirarla y quemarse.
-Eléctricas al mordisquear cables o curiosear en enchufes, pudiendo llegar a electrocutarse.
-Por líquidos calientes si se derrama el café, el agua o el aceite caliente.
-Por llama al pasar cerca de una vela o farolillo encendido.
-Si tienes garaje atención al motor del coche.
Intoxicaciones (si los ingiere o simplemente se mancha y luego se lame)
-Por productos de limpieza o medicamentos a su alcance.
-Algunas plantas comunes en nuestras casas pueden ser tóxicas para ellos.
-Ciertos alimentos puedes ser fatales para su salud.
Ingestión de cuerpos extraños
-Mucha atención con el costurero, lleno de divertidos carretes de hilo, agujas enhebradas, o botones, la caja de herramientas con tornillos y clavos, los joyeros o collares colgando, o cualquier lugar que contenga piezas pequeñas o punzantes, que se podría tragar, clavar o cortarse.
-Hay que mantener los suelos limpios, ya que si te arrodillas podrás ver cuántos pequeños objetos tiene para entretenerse y/o dañarse.
-Hay que revisar cosas como figuras, jarrones, etc…, en los muebles y estantes, que al tirarlos puedan romperse y cortarse con ellos.
-El cubo de la basura tiene un sinfín de posibilidades peligrosas para ellos.
Ahogamiento o asfixia (si se quedan encerrados o atrapados, porque les encantan los lugares cálidos, oscuros y tranquilos).
-Los electrodomésticos, ya que es frecuente que se metan en lugares como la lavadora, la secadora o el lavavajillas, y se queden dormidos allí. Debemos dejar siempre la puerta cerrada ya que es su escondite ideal.
-Hay que tener precaución también con los cajones y armarios.
-Mucho cuidado cuando estén jugando con bolsas de plástico, sonoras y divertidas para esconderse. Con sus asas o con los plásticos que unen las latas de refrescos se pueden quedar atrapados. Siempre hay que cortar las asas si juegan con bolsas.
Golpe de calor
-encerrados en terrazas al sol, o en el coche
Picaduras
– aunque en las ciudades es menos frecuente no están exentos de sufrir una.