Los gatos son muy territoriales, es decir no les gustan absolutamente nada los cambios en su entorno.
A veces, el simple hecho de cambiar los muebles u objetos de sitio, los pone nerviosos y les produce estrés.
Las reformas en las casas, han sido motivo en numerosas ocasiones de la pérdida, escapada o extravío de los gatos.
Si es una reforma mínima (pintar, vitrificar, cambiar muebles), podemos acoplarlos en una habitación tranquila con todos sus utensilios y cerrar la puerta, mientras dure la misma, durante unos cuantos días. El gato estará relativamente tranquilo y agradecerá que se mantenga un espacio seguro, sólo para él.
Si la reforma es grande (arreglo de baños, cocina, cambio de suelos), lo mejor es llevarlos a casa de un familiar o amigo, siempre que sea posible, mientras dura la misma. Si no es posible, igual que en el caso anterior, habría que dejarlos en una habitación con la puerta cerrada, y asegurarnos de que sólo nosotros vamos a entrar allí.
Es imprescindible que los dueños supervisen estas reformas, para asegurarse de que ningún operario va a dejar las puertas abiertas, alguna herramienta peligrosa, productos nocivos… etc., con el consiguiente riesgo para él.