Aunque el gato es un animal muy inteligente, no está a salvo de cualquier peligro. Debido a su curiosidad, son especialmente atractivos para él los accesos al exterior donde buscar un sinfín de aventuras, poder tomar el solecito, y entretenerse viendo cosas nuevas o en movimiento, que tanto les atraen.
Por ello, tenemos que poner los medios para que sea imposible que por un despiste, por su curiosidad innata, por ganas de correr aventuras, o simplemente por un susto mientras está en el alfeizar de la ventana, pueda sufrir un trágico accidente que podría ser fatal.
Aunque nos parezca extraño, las estadísticas demuestran la gran cantidad de accidentes que sufren nuestros gatos. La mejor cura para una caída es evitar por todos los medios que se produzca.
Hay múltiples soluciones para cada caso; incluso elementos específicos a éste fin.
Existen gran variedad de elementos adaptables a cada situación constructiva que podamos tener.